El principio
Con la mochila casi lista, el corazón dispuesto y el alma entre las manos comienza la aventura.
Muchos son los puntos de partida, las motivaciones que me traen hasta acá.
En algún momento dejé de ver como pasaba la vida como si fuera una película, me puse en el papel del héroe (héroe chuzco, pero héroe al fin) y de a poco me permití hacer lo que me gusta, lo que vine a hacer acá.
"El que viaja vive dos veces" escuché por ahí... y maldición, que razón que tiene.
Es muy lindo registrar lo vivido, para recordarlo con fidelidad, y si además se puede compartir, es perfecto.
Usando esta herramientita tan de moda, voy a tratar de contar este viaje que empezó hace unos meses, cuando a alguien se le ocurrió subir el Tronador, un cerro de 3478 metros de altura que está a 80 km de Bariloche.
En este momento, los valientes (es solo una forma decir) somos 2: el Guillote y Joao, un servidor. Dos informáticos de pura cepa que se atreven a demostrarle al mundo que saber configurar la resolución de un monitor no es una limitación para bancarse un poco de nieve, hielo y frío. Qué tanto ni qué tanto...
La ansiedad me tiene en vilo, y sé que hasta el momento en que el micro arranque, mañana (19/1/07) a las 9 y cuarto de la noche desde la ciudad de La Plata, todavía va a haber tiempo para hacer cambios en el equipo. El ánimo, en cambio, es inamovible.
Ojalá nos leamos bastante.
Gracias a todos.
Muchos son los puntos de partida, las motivaciones que me traen hasta acá.
En algún momento dejé de ver como pasaba la vida como si fuera una película, me puse en el papel del héroe (héroe chuzco, pero héroe al fin) y de a poco me permití hacer lo que me gusta, lo que vine a hacer acá.
"El que viaja vive dos veces" escuché por ahí... y maldición, que razón que tiene.
Es muy lindo registrar lo vivido, para recordarlo con fidelidad, y si además se puede compartir, es perfecto.
Usando esta herramientita tan de moda, voy a tratar de contar este viaje que empezó hace unos meses, cuando a alguien se le ocurrió subir el Tronador, un cerro de 3478 metros de altura que está a 80 km de Bariloche.
En este momento, los valientes (es solo una forma decir) somos 2: el Guillote y Joao, un servidor. Dos informáticos de pura cepa que se atreven a demostrarle al mundo que saber configurar la resolución de un monitor no es una limitación para bancarse un poco de nieve, hielo y frío. Qué tanto ni qué tanto...
La ansiedad me tiene en vilo, y sé que hasta el momento en que el micro arranque, mañana (19/1/07) a las 9 y cuarto de la noche desde la ciudad de La Plata, todavía va a haber tiempo para hacer cambios en el equipo. El ánimo, en cambio, es inamovible.
Ojalá nos leamos bastante.
Gracias a todos.
Lo único que nos aleja de nuestros sueños, es la decisión de llevarlos a cabo.
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